En la batalla entre el vino tinto y el blanco, ¿Quién lleva la delantera? No hay una respuesta única. De hecho, depende en gran medida de los gustos y preferencias individuales.
Los vinos tintos y blancos son similares en muchos aspectos, pero también muy diferentes. Ambos vinos se elaboran mediante la fermentación de la uva, pero existen importantes diferencias en el proceso.
En el vino tinto, el viticultor fermenta los hollejos de las uvas tintas, lo que da al vino tinto su color rubí. El vino blanco, en cambio, se elabora machacando las uvas para obtener un zumo de uva claro al que se le ha quitado la piel.
La mayoría de los vinos blancos se envejecen en recipientes de hierro fundido o acero inoxidable, mientras que los tintos lo hacen en barricas de roble. Estos recipientes porosos permiten la entrada de oxígeno en el vino y reducen su acidez, cambia la textura del vino y lo hace más agradable de beber.
Los vinos tintos y blancos también difieren en cuanto a su compatibilidad con los alimentos, su almacenamiento y sus beneficios para la salud. En este artículo se detalla cada tipo de vino para ayudarte a elegir el mejor para sus gustos.
Vino tinto y blanco: implicaciones para la salud
Si buscas un vino bajo en azúcar, ya sea por razones médicas o de estilo de vida, el vino blanco es la mejor opción.
Los vinos blancos secos tienen un menor contenido de azúcar que los vinos tintos, por lo que son ideales para las personas con diabetes, las que siguen una dieta cetogénica o simplemente las que quieren reducir su consumo de azúcar.
Y entre los vinos blancos, el Brut es una excelente opción. Tanto los vinos blancos espumosos como los secos son refrescantes en el paladar. Por ejemplo, el Brut de Usual Wines. Elaborado con uvas blancas premiadas de Napa y Sonoma, este Brut tiene notas frescas de cítricos y flor de saúco.
Pero no todo son malas noticias para los amantes del vino tinto. El vino tinto es inherentemente alto en azúcar, pero tiene sus propios beneficios para la salud. Los estudios han demostrado que el vino tinto, que contiene el polifenol resveratrol (conocido como antioxidante), puede aumentar los niveles de colesterol «bueno» y reducir el «malo». También mejora el funcionamiento de los vasos sanguíneos.
Esto significa que la batalla entre el vino tinto y el blanco puede ganarse o perderse en función del estado de salud de la persona.
Vino tinto, vino blanco y maridaje
El maridaje de vinos y comidas puede hacer que se aprecie más o menos el vino. Puede no parecer un gran problema, pero un mal maridaje puede arruinar el sabor del vino.
Por ejemplo, los alimentos picantes son especialmente difíciles de combinar. Las especias fuertes pueden enmascarar los sabores sutiles del vino y hacer que tenga un sabor plano y soso. En cambio, las carnes grasas, como las hamburguesas, las costillas, las chuletas de cerdo y el cordero, se combinan fácilmente con el vino tinto. Esto se aplica a diferentes estilos de vino tinto.
He aquí algunas ideas de maridaje entre comida y vino tinto:
- El Pinot Noir es un vino tinto de bajo contenido en taninos que combina bien con el cerdo asado y el pato.
- El Barolo es un vino tinto rico y con mucho cuerpo que corta las carnes grasas.
- El Cabernet Sauvignon es un vino con mucho cuerpo y muy tánico. No te equivocarás en el maridaje con un bistec.
Si la carne roja no es de tu agrado, un vino blanco podría ser una mejor opción.
Los maridajes de los grandes vinos blancos incluyen:
- Chardonnay, un vino blanco que puede envejecer en roble como los vinos tintos, con notas de nuez y saladas. Combina bien con carnes blancas como el pollo, el pavo y el salmón.
- El Sauvignon Blanc es un vino blanco fresco. Es vivo y combina bien con una variedad de quesos, ostras y verduras.
- El Riesling varía mucho según el lugar de cultivo de las uvas. Por ejemplo, algunos Rieslings son golosos y dulces, mientras que otros son muy secos. Los Rieslings secos deberían combinarse con aves de corral ligeras o sushi. Para los vinos más dulces, pruébalos con queso azul o tarta de manzana.
Comparación de vinos tintos y blancos Taninos
Un vaso de vino tinto tendrá un contenido de taninos mucho mayor que un vaso de vino blanco, porque el vino tinto se fermenta dejando los hollejos de la uva intactos. Los taninos son compuestos naturales que se encuentran en las plantas, especialmente en la piel, las hojas y las semillas de las frutas.
Después de beber una copa de vino, queda una sensación de sequedad en la parte posterior de la lengua, lo que indica un alto nivel de taninos. Los vinos blancos también tienen este efecto, pero ocurre más a menudo con los vinos tintos. El Cabernet Sauvignon, el Syrah y el Malbec son especialmente tánicos.
Algunas personas disfrutan de esta intensa experiencia de consumo, pero no es para todos. Si prefieres un paladar más ligero, te recomendamos un vino tinto o blanco menos tánico, como el Pinot Noir.
Aunque es raro, algunas personas son sensibles a los taninos. La sensibilidad a los taninos puede provocar dolores de cabeza, migrañas y dolores de estómago. Si experimentas estos síntomas después de beber vino tinto, prueba a cambiar al vino blanco.